MORERA. Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Lleida
Año Viñés
Organizado conjuntamente con el Auditorio Municipal Enric Granados
En su partitura, de tan sólo 152 notas, Satie estampó una indicación intrigante y legendaria: “Para tocar 840 veces seguidas…”. Así, lo que planteaba el compositor no era una pieza musical al uso, sino una experiencia radical que, de llevarse a cabo, transformaría tanto a quien tocara esta música como a quien la escuchara.
Vejaciones de Erik Satie es una obra clave en la historia de la música y el arte sonoro, conocida por su repetición extrema. La performance de 14 horas imagina qué habría pasado si Ricard Viñes, amigo y defensor de Satie, hubiera interpretado esta pieza enigmática. Su amistad y colaboración fueron esenciales para difundir la música de Satie.


Erik Satie
Joan Bagés interpreta las 840 repeticiones en el piano, mientras el Cuarteto Prysma transforma el paisaje sonoro. Esta experiencia colectiva convierte la repetición en memoria y resistencia. Es una invitación a vivir la fascinación sonora que Vexations ha despertado en generaciones de autores posteriores, al tiempo que reconoce la influencia decisiva de Ricard Viñes en la difusión y creación musical del siglo XX.
Vexations es una de las composiciones más enigmáticas y sorprendentes de la historia de la música. Escrita por Erik Satie hacia 1893, después de una intensa relación de seis meses con la pintora Suzanne Valadon, la partitura manuscrita tan sólo consta de cuatro rayas de música y no se indica ningún instrumento. En el manuscrito sólo hay una indicación de
La obra nunca se editó ni se interpretó en tiempos de Satie. Fue John Cage quien la dio a conocer en 1963 en Nueva York con una interpretación en la que participaron hasta diez pianistas.
Esta obra minimalista es el primer experimento de una música completamente errática, de disonancia continua y sin ninguna direccionalidad que explora el silencio, la introspección, la resistencia, la inmovilidad y la contemplación. Una experiencia hipnótica donde el tiempo deja de existir y que roza el estado de tráfico. Considerada durante mucho tiempo como una obra impracticable, muy pocos artistas se atreven a enfrentarse en solitario al reto de convertir esas cuatro rayas en sonido.
Con esta iniciativa, el Año Ricard Viñes quiere sumarse a la conmemoración del centenario de la muerte de Satie, en 1925. Satie fue un compositor muy cercano al pianista leridano, quien fue un amigo fiel y se implicó mucho en los estrenos y la difusión de su obra para piano. De hecho, Viñes fue el detonante de la etapa más fructífera de Satie. No es atrevido pensar que sin la complicidad de Viñes, Satie no hubiera llegado a escribir buena parte de su obra para piano.
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